Industria 4.0: la nueva revolución


El concepto de industria 4.0 resuena cada vez más en nuestro día a día. Los operarios conviven con ella en las fábricas y pueden comprobar con sus propios ojos, y con su propio trabajo, los avances que esta nueva revolución les aporta.

Esta industria va más allá y, aunque no todo el mundo sepa su nombre concreto, todos vivimos de una manera u otra esta transformación digital.
Pero, le asignemos un nombre u otro, ¿sabemos realmente en qué consiste la industria 4.0?

Un paseo por la historia

En la actualidad, nos encontramos inmersos en la cuarta revolución industrial. Pero, como bien sabemos, previamente ha habido otras tres revoluciones que han modificado el estilo de vida y el desarrollo de la sociedad. Pero ¿qué nos ha aportado cada una de ellas?

La primera revolución industrial vino acompañada de la creación de la máquina de vapor. Se descubrió que gracias a ella se podían hacer grandes cosas y es así como se inició una gran revolución en el transporte.

La segunda, fue característica por la introducción de Henry Ford del trabajo en cadena y por el descubrimiento de nuevas fuentes de energía, como el petróleo.

La tercera revolución trajo las tecnologías de la información y las revoluciones en el campo de la electricidad y los ordenadores.

Por su parte, la cuarta revolución industrial está marcada por el Internet de las Cosas (IoT) y las tecnologías de la información. Todo, o casi todo, está digitalizado y hemos tenido que aprender a vivir con ello. Hemos cambiado nuestros hábitos e incluso nuestra forma de comunicarnos.
Pero no solo lo hemos hecho como personas desarrolladas, sino también para poder vivir en sociedad.

Características de la industria 4.0

Todo cambio relativo a la industria es una revolución. Quizá, en la actualidad, no lo contemplamos tanto porque, en principio, no acarrea un cambio básico, como ocurrió en la primera revolución industrial con la máquina de vapor, por ejemplo. Pero lo cierto es que sí es un cambio grande. Tal vez, allá por el año 1712 no sabían lo que supondría la máquina de vapor en sus días, pero ¿qué haríamos ahora sin los medios de transporte?

Con la cuarta revolución ocurre lo mismo. Estamos viviendo una transformación digital que no tiene marcha atrás. Y es que ahora todo está conectado. Las personas hemos mejorado la comunicación, pero las máquinas también. Y esto es, sin duda, una revolución.

Se ha creado una nueva forma de trabajo en las fábricas con la automatización. Ahora, los procesos productivos están mecanizados y programados. Todo funciona de manera automática, lo que se traduce en mejora de tiempo y de calidad. Pero no solo calidad en los productos, sino que también hablamos de calidad de vida.

Antes, los operarios realizaban trabajos que requerían mucho esfuerzo y posturas corporales poco óptimas. Con la industria 4.0 y la llegada de la robótica, es esta tecnología la que realiza los trabajos más forzosos. Así, las personas pueden dedicarse a otro tipo de trabajos más creativos y que requieran la inteligencia. Es así como ha nacido el nuevo concepto de los trabajadores del conocimiento.

La industria 4.0 abarca muchos campos. Ha traído nuevas tecnologías que cambiarán nuestra forma de vida y, por tanto, nuestro futuro.

Estos son todos los campos que engloba la cuarta revolución industrial: 

La pirámide de la industria 4.0

Como casi todo, la industria 4.0 también tiene su propia jerarquía. Existen cinco niveles tecnológicos que se pueden encontrar en la industria.

  1. Es la parte productiva. Aquí entran en juego sensores, actuadores, contadores, etc. Sin estos elementos no se puede llevar a cabo la automatización.
  2. En este nivel cobran protagonismo los controladores autómatas. Como su nombre indica, son los que controlan el proceso. Reciben y envían señales.
    Nivel 1 y nivel 2 se unen a través de unos protocolos de comunicación. El más común es Ethernet. Imprescindible para que los primeros ejecuten las órdenes que envían los controladores.
  3. Es la representación gráfica de los niveles anteriores por medio de HMI (pantallas). Permite controlar y supervisar procesos industriales a distancia. 
  4. Sistemas integradores: controlan y supervisan la producción total. Aportan información del proceso productivo en tiempo real.
  5. El nivel más alto lo forman los ERP (sistema empresarial o software). Ofrecen información en tiempo real para mejorar la planificación y la toma de decisiones. (Ejemplo: SAP).

El miedo a las nuevas tecnologías

Como hemos comentado, la industria 4.0 ha traído muchas ventajas, pero no todo el mundo ve en esta nueva revolución los mismos beneficios. Y es que, en muchas ocasiones, la tecnología asusta.

Tenemos la idea preconcebida de que seremos sustituidos por máquinas. Y todo avance tecnológico que se adentre en nuestro ámbito laboral, nos aterra.
Pero no hay que temer nada porque las revoluciones impresionan e intentamos pararlas, pero lo cierto es que ellas nos dan oportunidades. Y es que tenemos que entender que por mucho que la tecnología avance, las personas tenemos el poder más valioso: la capacidad de sentir, de racionalizar y nuestra propia inteligencia, superior a cualquier otra cosa.

Los humanos aportamos mucho más que las máquinas y tenemos la inquietud necesaria para seguir inventando, descubriendo y mejorando. Y esto no lo tienen los robots.
La revolución somos nosotros. Y esto es algo que nunca deberíamos olvidar.